La onicofagia es un hábito compulsivo que se manifiesta en que la persona que lo sufre se come las uñas. Con el tiempo puede provocar múltiples lesiones físicas tales como problemas en los dientes, deformación de la cutícula, formación de verrugas, infecciones, afectación por hongos o bacterias e incluso la elevación de los bordes laterales del dedo.

La necesidad de morderse las uñas, generará en la persona elevados niveles de activación emocional.

Algunas de las consecuencias que acarrea morderse las uñas son:

  • Un aumento considerable de contraer infecciones como hongos o distintos virus, al introducir en la boca las bacterias que residan en nuestras manos.

  • Al realizar fuerza, los dientes se estropean, se mueven, y hasta llegado el caso, se rompen. En el peor de los casos, morderse las uñas sin cesar puede deteriorar el esmalte e incluso causar la rotura completa del mismo

  • La correlación entre morderse las uñas y tener problemas de mandíbula es clara, de hecho, existen miles de estudios científicos que lo corroboran, así como tener dolor de cabeza o dificultad para masticar alimentos.

Pautas para no morderse las uñas

  • Usar técnicas de relajación para bajar el nivel emocional

  • Pintarse las uñas con un esmalte incoloro de sabor amargo 

  •  La actividad física te ayudará gastar tus energías en el deporte en cuestión, en lugar de mordiendo tus uñas

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