La pérdida de hueso en los maxilares viene derivada por:
- Atrofia por envejecimiento o la no sustitución de piezas perdidas que genera que disminuya poco a poco.
- Enfermedad como la osteoporosis, infecciones bucales o periodontitis.
- Accidente por consecuencia de un traumatismo.
La falta de hueso es un problema para poner un implante, pero tiene solución, enumeramos las técnicas más utilizadas:
- Injerto óseo. Se trata de la reposición del hueso perdido mediante una intervención quirúrgica. La procedencia del hueso puede ser bien del mismo paciente, de cualquier otra parte de su cuerpo (autoinjerto); bien a través de una donación o mediante el empleo de sustitutos óseos comercializados existentes en el mercado; ya sean artificiales o de origen animal (xenoinjerto).
- Membranas para injertos. Hay ocasiones donde la osteointegración del injerto requiere ser cubierta para su maduración. En estos casos, se utilizan elementos naturales y/o sintéticos (como el colágeno) cuyo objetivo no es otro que evitar el desplazamiento y favorecer la integración en el resto del hueso.
- Plasma rico en factores de crecimiento. Es una tecnología biomédica, usada en la regeneración ósea guiada, que consiste en la estimulación de los tejidos mediante la aplicación de factores de crecimiento y proteínas que están presentes en el plasma sanguíneo del paciente.
Aunque todas las técnicas son eficaces siempre debe ser un profesional odontólogo quien determine la mejor técnica a usar. En Clínica dental Gimeno queremos potenciar vuestra confianza depositada en nosotras, por ello que os sugerimos que nos llaméis para consultar cualquier tipo de duda que tengáis. Pide tu cita aquí.